martes, 13 de diciembre de 2011

Indice de los fundamentos teóricos del Trabajo

http://fundamentos-teoricos-del-trabajo.blogspot.com/2011/12/fundamentos-teoricos-del-trabajo.html

Pagina principal
http://gokskywalker.webs.com/

Energías activa, pasiva e intermedia


En el interior del cuerpo físico se combinan "las conciencias" provenientes de los alimentos sólidos, el aire y la percepción de las sensaciones, dicha combinación genera la "energía corporal pasiva".

Todo hombre normal tiene suficientes reservas de "energía corporal pasiva" almacenadas en su cuerpo y estas reservas son renovadas constantemente.

A partir de la "energía corporal pasiva", la conciencia genera pensamiento y emociones. De tal forma que cada vez que pensamos concientemente transformamos cierta cantidad de "energía corporal pasiva" en "energía pensante activa", desafortunadamente, como ambas energías tienen varios "niveles de resistencia", el proceso puede invertirse, de tal forma, que la "energía corporal pasiva" puede llegar a absorber "en su profundidad" parte de "la energía activa del pensamiento conciente".

Observar la sensación de la respiración a sido un ejercicio común para profundizar entre los "niveles de resistencia" de la "energía pasiva del cuerpo". Ya que permite al pensamiento volverse más conciente, lo cual aumenta sus oportunidades para lograr sobreponerse a "la pasividad del cuerpo". Sin embargo, por más activo que sea el pensamiento, siempre es demasiado "lento" para lograr establecer una conexión estable entre ambas energías.

Para que el pensamiento pudiese lograr una conexión estable necesitaría ser capaz de controlar concientemente todas las partes del cuerpo físico, y si tan sólo un pie no estuviese bien alineado, la conexión desaparecería. Esto representa una tarea titánica e imposible de realizar para el pensamiento.

Cuando una persona comienza a auto-observarse, su atención necesita volverse sumamente activa y esto se logra direccionándola mediante el pensamiento, pero después, cuando este llega a sus límites, es decir, cuando desciende hasta donde puede hacerlo, se hace necesaria la presencia de una tercera energía llamada "energía emocional intermedia". Mírelo de esta forma, la energía del cuerpo esta muy abajo, en tanto la energía del pensamiento es demasiado elevada, por lo cual, para establecer una conexión permanente entre ambas debe surgir una escalera que permita su intercomunicación.

De tal forma que aún cuando el pensamiento no pueda lograr la conexión, el primer pasó es que intente hacerlo, observando la "profundidad" de la "energía pasiva del cuerpo", hasta que la atención se quiebre por la falta de conexión; entonces es necesario ver "el punto de quiebra o ruptura" y quedamos frente a él, hasta que percibamos su "belleza" y él simultáneamente pueda percibir la nuestra, abandonando poco a poco la pasividad de un lado y la acción del otro, hasta que algo suceda en nosotros y la conexión aparezca. En este punto, es importante señalar que el cuerpo relajación es atención y por ello necesita estar completamente relajado, ya que cualquier tensión bastaría para desacelerar la "energía pasiva del cuerpo" haciéndola volver a su estado denso, lo cual, impediría la conexión.

En síntesis la "energía pasiva del cuerpo" debe vibrar más intensamente, en un tiempo más elevado, para poder establecer la conexión permanente con la "energía activa del pensamiento". Y la "energía activa del pensamiento" debe aprender a volverse más densa para poder realizar la misma conexión.

Cuando alguien ha aprendido a utilizar "la energía pasiva del cuerpo", debe ejercitarse en aumentar la velocidad con que el cuerpo la absorbe y debe tratar de economizarla. Lo primero puede lograrlo si se vuelve conciente de los procesos de almacenamiento y digestión de dicha energía. En cuanto a su economización, podrá lograrlo siempre y cuando, se haya ejercitado regularmente en ser conciente de sus hábitos, posturas, movimientos y sobre todo de su tensión muscular.

Para lograr entrar en contacto con los procesos de almacenamiento y digestión de "la energía pasiva del cuerpo", debemos acelerar todos los procesos del cuerpo y la mente mediante esfuerzos reales que consuman todas nuestras reservas de energía, de tal manera que "el cuerpo en su forma total" se convierta en un gran acumulador de "energía pasiva" de la cual podamos disponer en cualquier instante y después se convierta en un gran transformador capaz de producir cantidades inmensas de energía. Es importante que el aumento de "la energía pasiva" siempre se produzca después de aprender a economizarla porque si se llega a aumentar la producción de dicha energía sin frenar el desperdicio de la misma, esta se acumulara y se volverá nociva, produciendo múltiples fenómenos inesperados.

En cuanto a los esfuerzos reales, podemos considerar que un verdadero esfuerzo es aquel que simultáneamente se desarrolla en forma física, emocional e intelectual, unificando momentáneamente el cuerpo, la mente, las emociones, la sexualidad, la memoria y el pensamiento.